DE LA ISLA | El caracol gigante africano reaparece en Cuba

Esta especie de caracol es altamente invasora y peligrosa para la salud de las personas. Es un animal muy llamativo por su gran tamaño y los colores de su caparazón que transmite bacterias y parásitos que pueden generar meningoencefalitis.
Estos caracoles fueron llevados a Cuba por su tamaño y su vistosidad pero se han convertido en una plaga por su alta capacidad de reproducirse.
Fotos de estos moluscos fueron tomadas en el reparto de El Valle en la Habana.
Este animal es nativo de África pero como toda especia introducida en otra habitad, produce problemas ya que no tiene depredadores naturales en la zona que controlen su propagación y por ende se propaga y desplaza a especies nativas, ocasionando desequilibro en el habitad.
La Achatina Fulica, su nombre científico, posee una concha cónica estrecha cuyo largo duplica su ancho y contiene de siente a nueve espirales en su interior cuando el animal está bien desarrollado.
Su concha es generalmente de color marrón rojizo con pocas manchas verticales amarillentas.
Los caracoles adultos sus conchas pueden llegar a medir 20 cm de longitud pero el tamaño promedio es de 10 cm.
Ante la presencia en la Habana de este caracol considerado como un invasor, especialistas del estatal Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK), realizan un llamado a los pobladores a participar en el control de esta especie que ocupa la lista de los 100 más dañinos del mundo.
Según declaraciones ofrecidas a la prensa local de Antonio Alejandro Vázquez, jefe del Laboratorio de Malacología de dicho instituto, existe la posibilidad de reducir la propagación del molusco cuya tasa reproductiva es sumamente alta.
“Para ello está diseñado un plan de control de vectores en todo el país, pero hay que actuar rápido”, indicó el especialista.
Agregó además, de acuerdo a estudios realizados en el IPK, este animal fue introducido al habitad habanero “hace año y medio o dos” y ahora se ubica en el sur de la Habana.
“Por lo que hemos visto en el terreno, pensamos que está bastante localizado, aunque no dudo que se expanda” pues “en Cuba encuentra un clima muy propicio para su reproducción”, advirtió Vázquez.
Asimismo, resaltó que este caracol puede traer consecuencias nocivas a la fauna local y la flora. Además sirve de “hospedero intermediario de enfermedades muy peligrosas para el ser humano”, alertó.
A través de un artículo publicado por medios digitales en Cuba, en el cual el IPK informó sobre presencia en Cuba del caracol gigante africano, Vázquez y su colega investigador Jorge Sánchez, informaron que este caracol es considerado como  “el principal vector en el mundo de Angiostrongylus cantonensis, nematodo causante de Meningoencefalitis Eosinofílica en humanos”.
Esta enfermedad produce la inflamación de las meninges y el cerebro resultando altamente mortal.
A juicio de los expertos, “este parásito, que existe en Cuba hace varias décadas y que es transmitido por la mayoría de las especies de moluscos autóctonos cubanos, pudiera incrementar su frecuencia de transmisión en humanos debido a una mayor compatibilidad con la nueva especie introducida”.
El texto precisó que “el humano se infecta de forma accidental al ponerse en contacto con larvas de tercer estadio provenientes de los moluscos”.
Resaltaron que este molusco es considerado “un problema de salud en muchos países de América del Sur por la transmisión de este parásito, pero fundamentalmente asociado a su consumo crudo o mal cocido, o el contacto con su baba (que contiene las larvas)”.
Según Vázquez y Sánchez, el análisis preliminar de muestras tomadas en los caracoles colectadas en el mes de julio en las cercanías del reparto Poey, de la localidad habanera de Arroyo Naranjo, han revelado una alta infección con A. cantonensis.
Recomendaron a la población evitar el contacto con el caracol o en caso de haber contacto, lavar las manos muy bien con jabón. Asimismo, lavar muy bien las frutas ya que el animal puede tener contacto con ellas. “puesto que esta especie es generalista de hábitat y puede caminar por cualquier parte, incluso dentro de las viviendas”.
Este caracol nativo de África se ha introducido en casi todo el mundo con fines religiosos o terapéuticas. Además el comercio de plantas ha favorecido su propagación.
Este molusco puede poner de 50 a 300 huevos seis veces al año, y tienen un tiempo de vida de hasta 9 años.
De acuerdo con especialistas cubanos, tales características ecológicas “la convierten en una especie altamente competitiva capaz de auto soportar sus poblaciones y desplazar a especies nativas producto de la competencia por explotación e interferencia sobre los recursos (alimento, espacio)”.
Explican los especialistas que el Laboratorio de Malacología del IPK “ya está realizando todas las investigaciones necesarias (distribución, ecología, parámetros demográficos y parasitología) sobre esta especie en condiciones cubanas para determinar su plan de manejo”.
Por su parte, el Centro Nacional de Sanidad Vegetal también se encuentra al tanto de la situación y activó la vigilancia en el territorio nacional y alertó al gobierno de la presencia de este peligroso molusco.
Esta entidad nacional, con el apoyo de los ministerios de la Agricultura, de Salud Pública, de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, y la Defensa Civil, ha realizado avistamientos del caracol gigante alimentándose de la vegetación natural, especies hortícolas, ornamentales, hojarascas, restos orgánicos domiciliaros y restos de excremento de animales domésticos.
Durante una entrevista se pudieron descartar varias interrogantes ante esta invasión del Caracol Gigante.
—Se habla en otras geografías de un problema de salud…
—Efectivamente, L. fulica es considerada un problema de salud en muchos países de América del Sur por el nemátodo que transmite, pero fundamentalmente asociado a su consumo crudo o mal cocido, o el contacto con su baba. Los resultados preliminares con muestras colectadas por nosotros han revelado una alta infección con A. Cantonensis.
— ¿Qué otras enfermedades puede transmitir el caracol?
—Se describe en la literatura médica especializada que este caracol puede ser hospedero de parásitos como el Aelurostrongylus abstrusus, Angiostrongylus costaricensis (causa angiostrongyliasis abdominal), Trichuris spp, Hymenolepis spp y Strongyloides spp, que pueden afectar la salud de diferentes especies.
— ¿Cómo prevenir el contagio en los seres humanos?
—Los cuidados con el caracol africano son los mismos que con cualquier otra especie de molusco: evitar tocarlo o jugar con él, y en todo caso, lavarse las manos con jabón después, y no pasa nada.
«Lo mismo sucede con las frutas (lavarlas antes de comerlas) puesto que esta especie es generalista de hábitat y puede caminar por cualquier parte, incluso dentro de las viviendas».
— ¿Qué estrategia ha seguido el IPK en el estudio de estas especies?
—La fauna malacológica de Cuba es considerada una de las más diversas del mundo con un endemismo que alcanza el 95 por ciento en sus representantes terrestres. El Laboratorio de Malacología del IPK ya está realizando las investigaciones necesarias (distribución, ecología, parámetros demográficos y parasitología) sobre esta especie en condiciones cubanas para determinar su plan de manejo en relación con la Dirección Nacional de Vigilancia y Lucha Antivectorial.
«Por lo que hemos visto en el terreno pensamos que está bastante localizado, aunque no dudo que se expanda. Se trata de una especie que es hermafrodita, con una tasa de reproducción muy elevada de casi 300 caracoles en seis puestas al año y algunos picos de explosiones demográficas, por eso hablamos de una especie que puede ser muy invasiva.
«Aún no tenemos precisión del origen de este caracol, estamos realizando estudios para saber de qué región pudo llegar, pues hablamos de una especie que esta diseminada ya por casi todo el continente americano, y en Cuba encuentra un clima muy propicio para su reproducción».
—Una vez introducida, ¿hay posibilidades de controlarla o erradicarla?
—Hay posibilidades de controlarla si se actúa ya, pues la tasa de reproducción es muy elevada. Lo ideal sería colectas manuales y transformación del hábitat. Para ello está diseñado un plan de control de vectores en todo el país, pero hay que actuar rápido.
Características del Caracol Gigante a tener en consideración:
es una especie terrícola, cuyo tamaño puede llegar a los 20 cm y ponen en el suelo unos 600 huevos de medio centímetro de diámetro y de color amarillento.
Se ha avistado alimentándose de diferentes especies hortícolas, ornamentales y la vegetación nativa, excrementos de animales, hojarascas del suelo, restos orgánicos domiciliarios y hasta de animales muertos, tanto de especies nativas como de su propia especie.
Son animales nocturnos, ya que se les ha observado con mayor energía durante la tarde noche y en las primeras horas de la mañana.
Es abundante en áreas no naturales como los jardines y los patios de los hogares, aunque pueden presentarse en áreas boscosas naturales e implantadas, áreas agrícolas, urbanas y periurbanas; utiliza diferentes sustratos como refugios. Se le  avista en paredes, árboles, arbustos, en el suelo y el interior de los hogares.
A pesar de su lentitud son capaces de moverse hasta unos 50 pies lo que equivale a unos 1.500 cm. En un mes se estima que puede desplazarse unos 125 metros.

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