DE LA ISLA | Amaury Pérez Vidal es uno de los más controversiales y versátiles artistas cubanos
Este 26 de diciembre cumplirá 64 años uno de los más controversiales y versátiles artistas cubanos, quien es autor de varias obras emblemáticas de la Nueva Trova, y se ha convertido en un gran referente de este movimiento, después de que con el paso de los años se decantaron todo tipo de dudas y prejuicios. Amaury Pérez Vidal continúa siendo una especie de enfant terrible de esta generación mejor conocida como “de Silvio y Pablo”.
No se puede determinar si Amaury es el más joven de los fundadores o el más viejo de todos los que venían detrás, quizá formaba parte de ambos grupos, aunque no se pueda ubicar en ninguno a este flaco de mandíbula cuadrada y una voz tierna que, estando sobre los escenarios, fue capaz de fusionar la canción inteligente con diferentes estilos interpretativos del pop y del rock, causando una gran impresión en unos y encantando a otros.
Es probable que cueste admitir que Amaury Pérez Vidal lo hace todo bien, y si bien, durante la década de los setenta, le era reprochado su gusto por el mundo del espectáculo dentro de un contexto en donde otros artistas, como Silvio Rodríguez y Pablo Milanés se solían conformar y lograron establecer una manera minimalista y sobria de presentaciones, siendo acompañados exclusivamente por su guitarra y su voz, ahora Amaury desafía también lo convencional como entrevistador de las figuras más relevantes de la cultura cubana, desafiando lo convencional, discutiendo, reflexionando y volviéndose una figura protagónica en frente a sus invitados, lo que muchos consideran una completa violación de las normas para una entrevista.
Cuando nació fue bautizado ante las cámaras de CMQ Televisión, con lo que se convirtió en el primer bautizo televisado en América Latina, y con poco más de un año debuta en la televisión en diferentes anuncios comerciales, lo que continuaría haciendo hasta 1959.
Para mediados de la década de los 70 grabó el tema “¿Quién sabe más?”, que formaría parte del disco “Cuatro de Abril”, y este se convirtió en un éxito nacional de manera inmediata en su primer éxito a nivel nacional. Al mismo tiempo, Omara Portuondo, la reconocida cantante cubana, convirtió en éxito su canción “Vuela pena”, y Sara González hizo lo mismo con dos de sus canciones: “La Guitarra” y “Andes lo que Andes”.
Para los años 80 y 90 llega la época de mayor apogeo de sus canciones, y es que sus maneras nada ortodoxas de llevar la moda lo convirtieron en el blanco de críticas implacables extra-artísticas en más de una publicación, además, su lengua vivarás le ganó adversarios y silencios tan notorios que, en este mismo momento, muchos creen que no se encuentra haciendo nada, aunque viene de hacer prácticamente todo, desde escribir libros hasta liderar shows de televisión y más.
Amaury dice que heredó el don de la ternura de su padre, el cual a veces es imperceptible, además de su entereza y discreción ante todo aquello que merece silencio, y una capacidad de trabajo inigualable. De su madre asegura haber tomado su fuerza arrasadora, ser inderrotable, su valentía, una pequeña parte de su talento y el amor incondicional por sus hijos.
Cuando Amaury estaba niño, solía grabar jingles para comerciales, y en su primera adolescencia diversas canciones infantiles para los programas de televisión, para finalmente entrar al Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC como asistente de sonido, por lo que luego de grabar tres discos sencillos desde el 73 al 75, de la mano del gran maestro Frank Fernández, por lo que tras llegar a los estudios de la Egrem en San Miguel junto al reconocido arregladista y compositor, Mike Porcel, no se sintió intimidado. Su vida es, en definitivo, la música, y no hay que darle más vueltas a esto, ya que nunca se llegó a considerar una celebridad televisiva que, como es bien sabido, generalmente es el olvido esperando su momento.
Amaury Pérez Vidal asegura que sus mejores años sobre el escenario ya quedaron atrás, y no está en los medios con la frecuencia de antes que lo llevaban a llenar grandes teatros en Cuba. Actualmente sólo realiza unos 30 conciertos al año con su guitarra, y alguno que otro pequeño formato musical.
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