Ante la incertidumbre de los tiempos, más cubanos recurren al “viejo” San Lázaro Miércoles, diciembre 13, 2017 | Eliseo Matos | 3 LA HABANA, Cuba.- Las lluvias y el frío no han impedido que, en el poblado de El Rincón, María se levante bien temprano y organice sus margaritas, girasoles, rosas y gladiolos, que con anterioridad encargó a uno de sus proveedores para venderlos en un pequeño negocio que tiene en la entrada del Santuario Nacional de San Lázaro. Desde las primeras horas en la mañana llegan sus primeros clientes. A su lado también se ubican una serie de cuentapropistas que comercian velas, flores, rosarios y estatuillas del santo. Sin embargo, ella, para ganarle a la competencia, seduce a los transeúntes regalándoles flores pequeñas y los invita que le pongan flores al “viejo”, como le llama habitualmente a esta figura tan devota dentro de la religiosidad popular cubana. Para Armando, que intenta adelantarse a María estableciendo su negocio en el
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